Moisés Urrutia, director creativo general de JWT, responsable de las campañas para los productos de Nestlé, señala sobre la campaña: El objetivo era reforzar el concepto que venimos trabajando desde campañas pasadas:que el chocolate despierta los sentidos, provoca felicidad, te alegra más por las virtudes organolépticas que genera en el que lo come. Es una verdad fácil de entender, y es irrefutable. El chocolate —lo dicen los científicos— cubre las carencias de afecto, y ayuda también a conquistar al amor verdadero. El público objetivo son los jóvenes, porque ellos están más abiertos a todos estos sentimientos. En campañas anteriores, como la de la muerte que no encontraba a su víctima porque estaba divirtiéndose, o en el de la línea de la vida, que crecía la mano, es lo mismo: vivir la vida al máximo, que coincide con una de las características de nuestro público. La diferencia de esta campaña es que hicimos del concepto creativo algo más explícito, regresamos a lo más básico: que el chocolate produce felicidad. Y Sublime es una marca que tiene la trayectoria y las credenciales suficientes para arrogarse ese título. Pero, además del valor de la estrategia, del concepto creativo, el comercial tiene un nivel de ejecución, por la música, la letra, la rima, el reggaetón, muy interesante. El comercial lo dirigió el cineasta Josué Méndez, que también era una garantía a la hora de imprimir más valores y virtudes a su ejecución.
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